Tradicionalmente se da por sentado que, por exquisita que sea, una comida no es redonda si no se culmina con un postre que dé placer al paladar. Sin embargo, muchas personas ven la repostería como algo "prohibido", suponiendo que necesariamente abundará en ingredientes nocivos como el azúcar y la harina refinados, así como en grasas saturadas. Además, ciertos postres tambien son cuestionados porque complican la digestión. En este libro se ofrecen toda clase de soluciones, con recetas originales -y muchas veces sencillísimas- y toda clase de ingredientes, algunos muy originales o nuevos.
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